El hombre afirma que durante varios años fabricó losas de hormigón con una máquina que tenía grandes vibraciones y a la que tenía que apretar con el abdomen para mantener el control sobre ella.
Las vibraciones provocaban una eyaculación cada treinta o cuarenta minutos con el correspondiente orgasmo
"Las vibraciones provocaban una eyaculación cada treinta o cuarenta minutos con el correspondiente orgasmo, solo que
ahora soy estéril, porque ya no tengo esperma", aseguró el preso en la carta que dirigió al alcalde de la prisión, el teniente coronel Franciszek Tarasewicz, según la agencia.
"El caso me ha sorprendido muchísimo, pero lo trato con absoluta seriedad, porque todo es posible", comentó el alcaide con el que el ex preso quiere entrevistarse para exponerle su problema.
Tarasewicz informó sobre el caso a sus superiores, porque en el caso de que resultasen ciertas las quejas del hombre, su petición de indemnización, por extraña que parezca, podría ser justificada, ya que durante el cumplimiento de la condena sufrió una grave pérdida de facultades.
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